Las Sonys A7 y otras CSC cuando proyectan la imagen al
sensor lo hacen en el diafragma
seleccionado, no al máximo como hacen las Reflex. Por ese motivo
cuando tienen que enfocar también lo hacen en esas condiciones. Ante una situación de luz de atardecer,
por ejemplo, si cerramos a f 1:5,6 o más
los tiempos que invierten en realizar el enfoque se alargan de forma
apreciable respecto a los que hacen a máxima abertura.
Esta gestión también sucede cuando enfocamos de forma manual, lo hacemos al f
seleccionado. Por ese motivo la amplitud (la horquilla +/-) de foco exacto se
alarga sin saber exactamente que zona es la más precisa.
El tener el diafragma cerrado al seleccionado facilita ajustar la
exposición a la que finalmente se grabará el archivo, mostrar el histograma de la
escena, no hay cálculos por en medio. Vemos la profundidad de campo
que tendremos en la foto hecha pero la contrapartida es la reducción,
a veces muy importante,
de intensidad de luz que recibe el sensor ya que en interiores a
partir de diafragmas no muy cerrados se nos encenderá la luz de
ayuda para poder enfocar, además de aumentar el ruido visible en el visor
y/o
pantalla.
Uno de los aspectos positivos a valorar de esta gestión es la corrección
automática de
desplazamiento de foco, si el objetivo en concreto lo padece.
En el caso de la Sony A7 rII
El fabricante ya indica que a partir de f 1:9 el enfoque por
detección de fase en los 2/3 centrales no es operativo, eso contando
con que haya muy buena luz.
Publicado el 12.03.2021
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