En esta prueba vamos a ver el segundo objetivo de tipo "pancake" que lanza Canon en los dos últimos años. Se trata de un producto equivalente al Canon EF 40/2,8 STM, tanto en el concepto como en la focal equivalente.

Como todos los de esta tipología el objetivo es muy reducido, de fórmula óptica simple y con el diámetro del elemento frontal muy escueto y plano. Estas características favorecen la obtención de un contraste inicial elevado pero sin la evolución en su diafragmado de otros de elemento frontal más convexo.

La focal equivalente y su gran portabilidad apuntan a una óptica de reportaje generalista. Un objetivo para callejear sin muchas ambiciones arquitectónicas, algún retrato ambientado, incluso algún detalle con aproximación macro, etc... y todo con la discreción que le da una envergadura tan reducida.

Dotado de enfoque tipo STM lo posiciona como una óptica muy apropiada para la grabación de video, siempre que lo grabemos con un micrófono auxiliar, que es lo habitual, ya que un accionamiento rápido en modo manual o una ejecución de largo recorrido aportan un ruido apreciable a la grabación.

Como todos los de enfoque STM la ejecución manual de foco es sumamente suave y con una amplitud de arqueo excelente.

A continuación unas fotografías del objetivo, la ficha de los detalles de diseño y operativos y la de c.c.t.t.
 

Chasis: metal/plástico
 
Exterior: plástico
 
Bayoneta: aluminio anodizado, acabado notable.
 
Elementos telescópicos: ninguno
 
Aislamiento externo: sin junta de caucho tórica ni túnel interno de desplazamiento de pupila.
 
Anillo enfoque manual: sobre motor cuando está la máquina conectada y activa. Tiene final de carrera y posibilidad de enfocar a mano en modo AF. Ajustes laterales y longitudinales correctos. Arqueo de foco fino excelente.
 
Tipo de enfoque: interno por grupo delantero, el elemento frontal no rota.
 
Parasol: circular (opcional)
 
Ventana de distancia: No tiene.
 
Estabilización: No