Introducción.

La publicación de la prueba de esta máquina se debe en gran medida al hecho de haberla recibido como regalo hace muy pocos días y la relativa actualidad del modelo. Por ese motivo, porque se queda en casa, con seguridad que en el tiempo iré actualizando o ampliando algún apartado.

Este modelo de compacta, y en concreto la clase G de Canon en general, está dirigido de forma especial a usuarios que ya poseen una o varias reflex y quieren tener una compacta que, por construcción, accesos directos, calidad fotográfica, posibilidad de grabar archivos .raw, etc... no se aleje de forma importante del entorno al que están habituados: su cámara reflex.

La configuración rápida de los parámetros de la toma, visor óptico (aunque sea precario), ergonomía de agarre, cuerpo robusto, etc... son las principales premisas necesarias e irrenunciables que buscamos algunos aficionados y profesionales en este tipo de cámara. Estas premisas conllevan a acabar con cuerpos no tan ligeros como desearíamos. Cuerpos que clasifico de "bolseros" y no "bolsilleros" pero que al fin y al cabo están en línea, y en muchos casos son más reducidos, que otros sistemas de compactas sin espejo de óptica fija o intercambiable.

Esta Canon G1X sigue la filosofía de este grupo de cámaras heredando la estética del grupo G al tiempo que se desmarca de forma radical respecto a modelos anteriores. El desmarque es de tal calibre que bien podrían haberse creado una nueva categoría para esta máquina.

La Canon G1X da un paso "de gigante" respecto a todas las cámaras del segmento G anterior en cuanto al tamaño del sensor se refiere. De un sensor tipo CCD de 1/1,7 " (7,44 mm. x 5,58 mm.) que posee la Canon G12 pasa a uno de tipo CMOS de 18,7 mm. x 14 mm., un sensor seis veces más grande. El sensor es tan grande que se acerca al de las Reflex APSc dejando atrás a todas las del sistema Micro 4/3 y 4/3. Por tamaño solo la superan algunos modelos de compactas de óptica fija ya que un sistema con zoom óptico, aunque sea colapsable, condiciona el tamaño del captor ya que vincula de forma global el del sistema. Por ese motivo el tamaño del sensor de las cámaras de óptica fija puede crecer un poco más.

La Canon G1X es una cámara que está bien realizada. Los mandos de accesos directos y los operativos como el del obturador, zoom y dial delantero se aprecian sólidos y con buen tacto de uso.

En la foto superior podéis ver el frontal donde está ubicado el dial secundario, en el mismo sitio de la reflex. Con el seleccionaremos en modo Av el valor de diafragma que deseemos y en modo M el tiempo de exposición, con el principal (rueda trasera) el diafragma.

Seguimos con la zona frontal y vemos la ventana del visor, la de la luz de ayuda al enfoque y el desbloqueo del aro que recubre el zoom, un zoom que no lleva láminas retractiles cuando se retrae. El zoom hay que cubrirlo con una tapa frontal pudiéndose aplicar un filtro de protección de 52 mm.

La zona de la empuñadura está muy bien realizada, tanto en el brillo y grafiado de la lámina de caucho que recubre al mismo como en la profundidad y el espacio entre el zoom y el borde interno.
 

La zona trasera es muy limpia y bien ejecutada. Encontramos lo habitual en este tipo de cámaras. El botón superior izquierdo nos sirve en modo de disparo de "tecla Función". Entre la revisión y el start del modo video vemos una lámina de caucho con el mismo acabado del grip este punto es el que nos servirá para apoyar el pulgar.
 

La pantalla LCD es orientable lateralmente y rotable, en este apartado no hay sorpresas. La puerta de conectividad lateral derecha es de plástico rígido con buen cierre, posee muelle de retorno. El muelle puede incordiar un poco cuando estamos conectando un terminal (micro USB, HDMI y/o micro).
 

En la zona superior vemos el botón de desbloqueo mecánico del flash, el generoso y efectivo dial de compensación de exposición, la zapata del flash externo, el obturador, el botón que acciona el zoom en modo captura así como en modo revisión y el botón de encendido/apagado de la máquina.

En la zona frontal vemos el dial secundario, un botón imprescindible en cualquier compacta que aspire a recordarnos el uso de una reflex.
 

La planta baja alberga la tapa del compartimiento de la batería y tarjeta y el soporte roscado para el trípode. La operatividad del soporte y tapa de la batería mejorarían si estuviera situado en el eje del zoom, de esta forma se podría abrir la tapa aún con la zapata de trípode puesta y el eje de simetría de movimiento vertical y axial estarían situados en el medio del encuadre.